Supremo Consejo de México

Supremo Consejo de Soberanos Grandes Inspectores Generales del Trigésimo Tercer y Último Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la Jurisdicción Masónica de los Estados Unidos Mexicanos

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: «EL ESTANDARTE DEL SUPREMO CONSEJO DE ESPAÑA: SU RETORNO A CASA»

El 25 de junio de 2024, en el Salón de Actos del Palacio de Minería, el Supremo Consejo de México llevó a cabo la presentación del libro «EL ESTANDARTE DEL SUPREMO CONSEJO DE ESPAÑA: SU RETORNO A CASA».

Este MAGNO EVENTO del Supremo Consejo de México, fue presidido por las siguientes personalidades:

  • I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Juan Martín Valtierra Nájera, 33º M.·.A.·., Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de México y Coordinador General del Libro.
  • M.·.I.·.P.·.H.·. Jesús Soriano Carrillo, 33º, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 para España.
  • I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Gaspar Antonio Ruíz Tenorio, 33º M.·.A.·., Past Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de México.
  • Dr. Fernando Serrano Migallón, Ex director de la Facultad de Derecho de la UNAM y Comentarista del Libro.
  • M.·.I.·.P.·.H.·. Luis Ignacio Gordillo Pérez, Gran Orador del Supremo Consejo para España.
  • Dr. Francisco Chíguil Figueroa, Senador de la Repúbluca Electo.
  • I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Wilbert Arcila Rodríguez, 33º M.·.A.·., Gran Secretario General y Guarda Sellos del Supremo Consejo de México y Co-autor y miembro de la Comisión Coordinadora del Libro.
  • I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Juan Luis Bonilla Castellanos, 33º M.·.A.·., Gran Tesorero General del Supremo Consejo de México.
  • I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Jorge Joaquín Gómez del Silva Cano, 33º M.·.A.·., Delegado Provincial para los VV.·. y CC.·. de la Ciudad de México y Colaborador del Libro.

Intervenciones de los Oradores del Evento:

I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Jorge Joaquín Gómez de Silva Cano, 33º M.·.A.·.
Delegado Provincial para los VV.·. y CC.·. de la Ciudad de México y Colaborador del Libro
I.·.P.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Mardoqueo Staropolsky Nowalski, 33º S.·.N.·.
Co-autor del libro
I.·.P.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Edgar Ortiz Arellano, 33º S.·.N.·.
Co-autor y miembro de la Comisión Coordinadora del Libro
I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Wilbert Arcila Rodríguez, 33º M.·.A.·.
Gran Secretario General y Guarda Sellos, Co-autor y miembro de la Comisión Coordinadora del Libro
Dr. Fernando Serrano Migallón
Ex director de la Facultad de Derecho de la UNAM
M.·.I.·.P.·.H.·. Jesús Soriano Carrillo, 33º
Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo para España
I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Juan Martín Valtierra Nájera, 33º M.·.A.·.
Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de México y Coordinador General del Libro

Introducción y objetivos del libro

Con vuestra venia, Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de México, Muy Ilustre Comendador del Supremo Consejo para España, distinguidos miembros del Presídium, respetables damas, caballeros, ilustres hermanos.

El libro que hoy presentamos: "El Estandarte del Supremo Consejo de España: Su retorno a casa", tiene un gran significado histórico, pues representa la devolución al Supremo Consejo para España de su lábaro insignia que llegó a nuestro país en el año de 1943, protegido por un numeroso grupo de miembros de la masonería española con motivo del exilio generado por la persecución desatada en su contra por el gobierno franquista desde el año de 1936.

El presidente mexicano, el general Lázaro Cárdenas del Río, Past Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de la Ciudad de México, brindó el apoyo y la protección que requerían los masones republicanos españoles para instalarse en nuestro país.

En tanto que el Supremo Consejo de México les otorgó asilo y facilidades desde 1943 hasta 1975, para que continuaran desarrollándose con plena regularidad y legalidad dentro de la masonería filosófica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

Al regresar a su patria los masones españoles exiliados, su estandarte histórico permaneció en México hasta el 17 de mayo de 2008, fecha en la cual retornó a casa, portado por una delegación que viajó a Madrid, encabezada por el entonces Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de México.

La obra literaria que hoy nos convoca, cuyo prólogo fue elaborado por el Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, Juan Martín Valtierra Nájera, está integrada por tres grandes apartados. En el primero, nuestro Ilustre Hermano Inspector, Mardoqueo Staropolsky Nowalski, aborda la situación de la masonería durante la segunda República Española y la Guerra Civil, como causa y origen del exilio del Supremo Consejo de España.

Se incluye una reproducción del Balaustre No. 25, del 5 de febrero de 1943, mediante el cual el Supremo Consejo de México dio su autorización para que el Supremo Consejo de España pudiera sesionar en nuestro territorio.

Enseguida se presenta un artículo que trata sobre la masonería filosófica española exiliada en nuestro país, de la autoría de los Ilustres Hermanos Edgar Ortiz Arellano y Sergio Martínez Ortiz, en el cual se narran los esfuerzos realizados por los miembros del Supremo Consejo de España para reorganizarse y operar en el exilio como una potencia masónica regular en el mundo.

Contiene igualmente un facsímil del nombramiento de miembros de honor otorgado por el Supremo Consejo de España, el 12 de mayo de 1980, en señal de agradecimiento a todos los Miembros Activos del Supremo Consejo de México.

El segundo apartado da cuenta de las actividades vinculadas con la devolución del Estandarte histórico del Supremo Consejo de España, incluyendo una crónica de viaje realizado por el Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, Francisco J. Zentella y Sasso y su comitiva, la cual fue publicada en la Revista del Supremo Consejo, correspondiente al periodo abril a junio de 2008.

Los discursos pronunciados en la sesión solemne del 17 de mayo de ese año por el Gran Ordenador del Supremo Consejo de España y por los Soberanos Grandes Comentadores de México y de España, culminando con un reporte de aquel histórico viaje, de la pluma del Ilustre Hermano Arturo Villarroel Márquez, quien formó parte de la delegación mexicana.

El tercer apartado consta de un artículo del Ilustre y Poderoso Soberano Hermano Wilber Arcila Rodríguez, Gran Secretario General y Guarda Sellos, en el cual revisa el concepto de regularidad y la relevancia del reconocimiento mutuo entre las potencias masónicas del mundo, destacando el caso de las relaciones fraternas entre los Supremos Consejos de México y de España, que se fortalecieron a partir del cobijo brindado por la masonería mexicana a los masones del exilio español, se acrecentó con la devolución del estandarte histórico y continúan haciéndose más intensas a través del tiempo, particularmente en los constantes encuentros propiciados por los consejos regulares del mundo en los que participan los de España y México.

Complementan esta obra numerosas imágenes relativas a los hechos y al entorno en que estos se desarrollaron para integrar de esta manera un libro pensado como un homenaje de fraternidad y de profunda amistad entre los masones de España y de México, pero también como un recordatorio a la masonería universal de que en los momentos más aciagos que enfrenta la humanidad siempre encontrará en los miembros de la Orden unos brazos abiertos, dispuestos a apoyarlos, realizando esfuerzos por encontrar alivio al pesar y ánimo para superar el infortunio.

Es cuanto. Muchas gracias.

I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Jorge Joaquín Gómez de Silva Cano, 33º M.·.A.·.
Delegado Provincial para los VV.·. y CC.·. de la Ciudad de México y Colaborador del Libro.

Guerra Civil y Masonería Española

Señores comendadores, señoras, señores, amigos, hermanos.

La masonería en el siglo XIX jugó un papel muy importante en España y por ende, en la formulación de las independencias de los Estados Latinoamericanos.

La influencia de las ideas liberales, como consecuencia de la Revolución Francesa, permeó en España durante la época bonapartista y a continuación en las Cortes de Cádiz, fuente ideológica que permitió a los representantes de este continente expresar los sentimientos hacia la Península.

Debe recordarse el decreto de 1751 del Rey Fernando 6º, que siguiendo las directrices del papado y así como en la Real Orden de 1812, se insisten en las condenas de la Iglesia Católica sobre la Orden masónica.

La historia de este siglo estuvo llena de las intervenciones de los liberales españoles, léase los masones, en contraposición de las fuerzas retrógradas de España, ósea la monarquía y la Iglesia, que no permitían a esa nación avanzar socialmente.

En la segunda mitad del siglo XIX nuevamente se recrudecieron estas diferencias, con la creación de la Primera República Española, con la intervención de liberales preocupados por el derecho, como el masón Emilio Castelar y Ripoll, que durante el primer gobierno republicano ocupó la cartera de Estado y adoptó medidas como la eliminación de los títulos nobiliario y la abolición de la esclavitud en Puerto Rico.

Pero el régimen por el que habían luchado los liberales se descompuso rápidamente, desgarrado por las disensiones ideológicas, aislado por la hostilidad de la Iglesia, la nobleza, el ejército y las clases acomodadas, que negociaron los acuerdos finalmente que mantuvieron en paz a España hasta prácticamente la Segunda República.

Después de la dictadura de Primo de Rivera en 1930, con la caída de la monarquía y el surgimiento de la Segunda República, se plantearon los principios más valiosos del liberalismo masónico, tales como el carácter laico del Estado, la libertad de conciencia, la libertad de la educación y la libertad religiosa, sin más limitación que el respeto debido a las exigencias de la moral pública.

Mientras que nadie estaba obligado a declarar sus creencias religiosas ni molestar a los funcionarios públicos por sus opiniones políticas, sociales o religiosas, y tal como en la Constitución Política Mexicana de 1917, los ministros de órdenes religiosas y religiosos confesos no serían elegibles para puestos como la Presidencia de la República y se estableció la extinción del presupuesto oficial para el sostenimiento del clero.

Estas, entre otras disposiciones, causaron que la derecha española, formada por los seguidores de la monarquía, por la Iglesia, por la falange española, algunos generales del ejército, traidores y por la capa más reaccionara de la sociedad, se aliaron con los nazis alemanes y los fascistas italianos, ambos enemigos de los masones, que querían probar sus armas para sus aspiraciones de dominación mundial, habiendo expuesto al pueblo español a una de las guerras más cruentas, con más de un millón de muertos y miles de encarcelados, con más de medio millón de exiliados.

Por otro lado, las logias masónicas fueron quemadas, muchos masones fueron asesinados, golpeados, encarcelados y algunos finalmente exiliados.

En el capítulo La Masonería en España durante la Segunda República y la Guerra Civil 1936-39, del libro que hoy presentamos, he tratado de plasmar los aportes de la Masonería a la ideología de la Segunda República y el costo que pagó la Orden con la destrucción de sus instituciones y la muerte, persecución, encarcelamiento y el exilio de sus miembros.

A los masones se les abrió las puertas de la Orden y se les permitió su inserción en la masonería mexicana. Hoy hablaremos sobre esto último y de su acogida en México.

Muchas gracias.

I.·.P.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Mardoqueo Staropolsky Nowalski, 33º S.·.N.·.
Co-autor del libro.

Masonería Filosófica Española en México y un Libro sobre su Estandarte

Con la venia del Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, Juan Martín Valtierra Nájera.

José Ortega y Gasset escribió que la vida es un hacer permanente, es creer y crear un futuro.

La vida nos es dada, pero no está hecha, hay que construirla, inventarla, imaginarla. Pero creo que también es necesario registrarla en la memoria y en los libros. Esto implica trasladarla a las palabras, a las letras, que a fin de cuentas, como bien señaló Pablo Neruda, las palabras son antiquísimas y recientísimas y por lo tanto ponerlas en un libro es para que ellas hablen del pasado, pero también del porvenir, ese que es siempre luminoso.

De ahí que el libro, el estandarte, el Supremo Consejo de España, su retorno a casa, es un vivir de aquellos que vinieron al nuevo mundo para dar continuidad con el trabajo masónico, que fue interrumpido por la violencia y la persecución, la masonería española en el exilio trajo consigo, si su parafernalia, pero sobre todo sus esperanzas y un estandarte de libertad encarnado en la inteligencia y talento de hombres como lo fueron Enrique Barea Pérez, Justo Caballero Fernández, Isidro Sánchez Martínez, Eugenio Bayardo, José Fernández Armengol, entre otros muchos más, que bajo la égida del Supremo Consejo de México, lograron prevalecer sobre el mal.

Con el devenir de los años, a manera de eterno retorno nietzscheneano. El estandarte español regresó a su hogar para ser signo y seña de la grandeza humana, porque eso es lo que enseña la masonería, la grandeza humana. José Vasconcelos, el maestro de América escribió, que un libro como un viaje se comienza con inquietud y se termina con melancolía.

Pero esta obra que hoy se presenta se ha terminado con gozo, pues es el empeño de la organización más universal, más libertaria y más humanista de la modernidad.

De ahí que no es extraño que escribiéramos sobre el estandarte que desde esta tierra encabezó el combate contra el fascismo una vez exiliado. Pero también se escribe sobre los masones españoles que continuaron con sus estudios de las ciencias y las artes propias de nuestra orden, que a fin de cuentas, a usanza de una nueva caballería, compuesta por una nueva nobleza, esa que Octavio Paz llamó nobleza del corazón, distinguida por sus méritos, sentimientos y valores.

Solo me resta agradecer al Soberano Gran Comendador, Juan Martín Valtierra Nájera, la oportunidad de participar en la construcción de este libro, por supuesto, a mi Ilustre y Poderoso Hermano Sergio Martínez Ortiz, con quien tuve la fortuna y el honor de escribir uno de estos artículos contenidos en esta obra y sobre todo aquellos quienes protagonizaron el retorno del estandarte, pues ellos hicieron historia al andar y con ello nos han dado la oportunidad de escribir sobre sus hechos, los augurios que quisiera profetizar para este libro pueden ser resumidos a la manera de Cervantes Saavedra, al referirse a su propia obra en el prólogo del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.

Querido lector, bueno no dice querido lector, dice desocupado lector, pero me pareció más propio: Querido lector, sin juramento no podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y el más discreto que pudiera imaginarse.

Muchas gracias.

I.·.P.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Edgar Ortiz Arellano, 33º S.·.N.·.
Co-autor y miembro de la Comisión Coordinadora del libro.

El retorno a casa del estandarte del Supremo Consejo para España

Con la venia, Soberano Gran Comendador, Juan Martín Valtierra Nájera, Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, Jesús Soriano Carrillo, distinguidos miembros del presídium, hermanos. señoras, señores, amigos todos, bienvenidos y muchas gracias por acompañarnos.

Mi plática y mi intervención va a ser un poquillo más informal, respecto a lo que hemos escuchado. Yo quisiera comentarles de esa manera informal "un poco", algunos datos que me parecen interesantes sobre cómo es que llegamos a materializar este hermoso libro.

Hemos escuchado y creo que se ha dicho que el Supremo Consejo para España, en aquellos años aciagos, tuvo que trabajar, buscar la manera de hacerlo, fuera de casa.

En 1943, nuestro Supremo Consejo de México ofreció al Supremo Consejo de España un asilo fraternal, lo cual significaba que en nuestras instalaciones, no en las actuales, si no en las que teníamos en aquel entonces, funcionaba el Supremo Consejo para España y sus dependencias, como entonces se llamaba, junto con sus cuerpos, sus hermanos; y bueno, lo hacían en las mejores condiciones que podíamos ofrecerles entonces.

Cuando ellos pudieron ya retornar a casa, por alguna razón, que al menos yo desconozco, el estandarte del que estamos hablando (en el libro pueden ver una reproducción, una muy buena reproducción del mismo). Decía yo que por razones que yo desconozco, se quedó aquí, con nosotros en nuestras instalaciones de la Ciudad de México, que repito, no eran las mismas que ahora tenemos en la calle de Lucerna 56.

De 1950 y tantos, a 2007 más o menos, ¿pues pasaron qué?, 50 años, en ese orden. Imagínense todas las peripecias que habrá tenido que pasar este hermoso estandarte, que por cierto, debo mencionar que, nuestro Soberano Gran Comendador, invitado, nos hizo favor de obsequiarnos una réplica anoche, la cual mucho apreciamos. Bueno, pues el estandarte por ahí quedó, y a finales de 2007, un hermano que algunos de mis hermanos más o menos de mi edad seguramente recuerdan y recuerdan con cariño, Carlos Rodríguez Alvarado, andaba escombrando, como decimos, depurando algunos anaqueles, algunos archiveros y se encuentra el estandarte del Supremo Consejo de España.

Lo ve, lo reconoce y de inmediato fue a ver a otros dos hermanos de gratísima memoria, todos ellos ya lamentablemente no están con nosotros, Gabriel Frías Olivares, en aquel entonces Gran Tesorero y por supuesto Francisco J. Zentella y Sasso, Paco como cariñosamente le decíamos, entonces Soberano Gran Comendador, y les reporta el hallazgo.

¿Qué hacer con tan preciada prenda? Se preguntaron seguramente Paco Zentella, Gabriel Frías y quienes estaban entonces. ¿Y bueno, ayer que comíamos con el Soberano Gran Comendador, Jesús, nos platicaba que Paco Zentella se comunicó con el entonces Soberano Gran Comendador de España, Ramón Torres Izquierdo, y le manifestó que iban a visitar Europa, particularmente iban a estar en Madrid unos días y que querían saludarlos. No les dijeron para qué.

Ahí estuvo presente nuestro Soberano Gran Comendador, Jesús, y después del desarrollo de la reunión, resulta que Paco Zentella, Gabriel Frías y nuestro hermano Arturo Villarroel Márquez, sacan el estandarte y se los presentan.

La emoción que esto debe de haber significado, yo me la puedo imaginar, no la viví, pero les invito a leer los discursos que esa noche se leyeron, que están contenidos en el libro y que reflejan de manera, yo digo muy elocuente, la emoción, los sentimientos que esa noche compartieron.

¡Ojalá hubiera yo estado ahí!

Muchas gracias.

I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Wilbert Arcila Rodríguez, 33º M.·.A.·.
Gran Secretario General y Guarda Sellos. Co-autor y miembro de la Comisión Coordinadora del libro.

Comentarios al libro "El estandarte del Supremo Consejo de España: su retorno a casa"

Semblanza curricular:

El Dr. Fernando Serrano Migallón es Licenciado en Derecho, Licenciado en Economía y Doctor en Historia por la UNAM. Es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua y corresponsal de la Academia de Historia.

Director de la Facultad de Derecho de la UNAM, por dos periodos.

Ha sido profesor de Ciencia Política, Teoría del Estado, Derecho Internacional Público y Derecho Constitucional en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Entre sus libros se encuentran: Isidro Fabela y la diplomacia mexicana; El asilo político en México; La ley y su proceso; La Universidad; México y España, una amistad peculiar; El exilio español y su vida cotidiana en México. Todos estos, entre más de 20 publicaciones.

Ha obtenido diversos reconocimientos, entre los que destacan la Orden Nacional del Mérito en los grados de Caballero y de Comendador de la República Francesa, la Orden de Isabel la Católica del Gobierno de España y la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peña Fort. También de España, así como el Premio Nacional de Artes y Literatura del año 2021 en México.

Comentarios sobre el libro:

Muy buenas tardes, honorables miembros del presídium, señoras y señores, amigos, todos.

Decía María Zambrano que hay una palabra en castellano, que es la palabra por excelencia de la ofrenda, una palabra que no tiene sinónimos ni ningún otro término que se le aproxime y que, sin embargo, es absoluta, global y contundente. Que es "Gracias". Entonces yo quiero empezar esta tarde dándoles gracias por permitirme estar aquí con ustedes y poder hablar sobre estos temas que para mí son muy cercanos y muy queridos.

En primer lugar, hablar en este lugar la Universidad Nacional Autónoma de México. Las universidades han sido y son como la masonería, fuente de libertad. Una universidad es la Casa de la Libertad, donde todos no tienen otra obligación que buscar la libertad, expresar su punto de vista, en momentos aciagos donde hay críticas y quejas sobre el funcionamiento de las universidades y de la educación pública, yo creo que los universitarios lo que debemos de hacer permanentemente cada vez que tengamos oportunidad, es ensalzar la labor de esas universidades que son en realidad la conciencia crítica de las naciones.

En segundo lugar, hablar sobre la masonería, la masonería, independientemente de lo que se pueda decir de ella, de toda su historia, que podríamos pasarnos hablando varios seminarios y tiempos enteros, hay un hecho que la menciona o que la clarifica perfectamente, es el odio que los dictadores le han tenido siempre de un signo y de otro signo, de una tendencia y de otra tendencia. El miedo a la libertad, al libre pensamiento, a la voluntad absoluta de expresar los pensamientos de todos nosotros, ha sido fuente de represión, de martirio y de persecución.

Para recordar, simplemente no quiero hablar de una cualidad, porque yo creo que cualidades no tenía, una circunstancia entre el dictador Francisco Franco en España, las memorias de su primo, que era su secretario particular, narra cómo después de comer se sentaba en una velador a la orilla de una ventana viendo el jardín del palacio del Pardo y le pasaba las penas de muerte.

Y él tenía una memoria extraordinaria. Y con esa memoria decía el tipo de pena de muerte que se le iba a dar a cada uno. Y con los masones era especialmente sádico. A los militares normalmente los fusilaba y sin que se diera publicidad. En cambio a los masones tenía una frase que decía: Garrote y prensa, que fueron muertos por garrote vil y que se diera la publicidad que era ejecutado por masón.

Esto daba claramente el odio que le tenía a la masonería y no deja de estudiarse en el derecho público español. La Ley contra la Masonería y el comunismo. Afortunadamente esa etapa pasó y los albores de una nueva masonería están a la vista de todos. Otro tema que hay que tocar es, evidentemente la actitud de México frente a la República Española, a la Segunda Guerra Mundial y en general a los exilios.

México, desde tiempos inmemoriales, ha sido un cruce de culturas y un crisol de razas. Si queremos creer en la teoría de que el continente americano se pobló a través del Estrecho de Bering, tendremos que aceptar que todo el continente de México a Patagonia pasó por este territorio antes de que fuera México. Europa conoció a América por dos islas, La Isabela y la habitada por los colimas, pero en realidad entró al continente por Veracruz y entró en contacto con Occidente a través de Acapulco y de la NAO de China.

Todo el siglo XIX estuvo lleno de pensadores centro y sudamericanos que venían a México abrevar sobre las ideas de libertad en los años que llevaba por delante la abolición de la esclavitud. Y esa idea de libertad del pueblo mexicano. Aquí estuvieron José Martí, Bolívar, Mariátegui, Sandino, todos abrevar de esa potencia libertadora de México a lo largo del siglo XIX y en el siglo XX México ha sido un país de asilos de todos los de los sentidos, de todas las ideologías y de todos los que han necesitado en un momento dado una casa donde formar su hogar, ya que los suyos les negaban la paz y la piedad, como decía Manuel Azaña, que debían de haber tenido con sus paisanos.

Así llega a México el exilio español. México, que ha sido un país de asilo. El exilio por antonomasia es el español, es el exilio en el que México puso toda su vocación de acogida, de voluntad, de solidaridad. Y el exilio español, por su parte, también era un exilio especial. España, que ha sido, por desgracia, un país generador de exilios. El exilio de 1939 fue un exilio para el particular porque no salió, como en otras ocasiones, una parte de la sociedad española, sino salió del Estado español.

Salieron las tres altas magistraturas. El presidente de la República, de las Cortes y del Gobierno salió el Poder Legislativo en cantidad suficiente para que sus decisiones fueran válidas y legítimas. Salió el Poder Judicial con todos los magistrados excepto uno, y salieron las autonomías de las dos autonomías aprobadas por la República del País Vasco y de Cataluña. Y junto a ellos, medio millones de españoles que creían que esas autoridades eran las autoridades legítimas de su país. Y esos fueron recibidos por México.

Se ha hablado mucho de esas características del exilio español como un exilio cultural. Y es verdad. España. La República recibió a España en 1931, siendo uno de los tres países más atrasados de Europa. Junto con Portugal y Grecia. Eran los tres países en peor condición cultural, económica y social de Europa, más del 50% de los españoles eran analfabetos.

¿Si en un país que tiene el 50% de analfabetos, qué porcentaje puede considerarse intelectual? No creo que pudiera llegar al 1%. Sin embargo, el exilio que viene a México tiene un 10% de intelectuales. Eso no quiere decir que haya sido un exilio intelectual, pero sí un exilio en donde la mayoría de los intelectuales españoles vinieron. ¿Cómo se compuso ese exilio?

Racialmente todas las provincias de España, por edades, desde una niña que nació a bordo del Sinaia y arribó al puerto de Veracruz con una escasa semana de haber nacido y que al llegar a tierra le pusieron por nombre María Sinallá. ¿La pobre tuvo que apechugar toda su vida con ese nombre, hasta un viejo cándido Bolívar, miembro de la Academia Española de Ciencias, en que le preguntan al llegar a Veracruz a qué viene usted con 96 años? A México, y dice a tener un lugar donde vivir, donde morir con dignidad. ¿Cómo se integra esa sociedad ideológicamente? Hay desde extrema derecha cuatro sacerdotes hasta los anarquistas más puros. ¿Y ahí tenemos toda la gama ideológica, todas las profesiones, eh? Desde un punto de vista académico, la Universidad Nacional Autónoma de México se enriquece con un 10% de todo su claustro de profesores, el Instituto Politécnico Nacional, con otro 10%, el Colegio de México el 100% son españoles.

México estaba en un momento de especial florecimiento cultural y académico, pero México, después de la revolución, se había volcado. Había visto más, sobre todo la situación que estaba en Europa hacia el tipo de enseñanza y de investigación de Estados Unidos. En cambio, los profesores españoles que llegaron habían estudiado en Alemania, en Francia y en los países nórdicos. Entonces tenían una concepción de investigación en grupo que fue novedosa para México y enriqueció con esa doble visión de complementarse una visión a la otra.

Quizás las aportaciones de tipo intelectual están a la vista de todos y se ha hablado muchísimo de ellas. Si uno pasea por el campus de Ciudad Universitaria, empezando por Filosofía y Letras, hay una placa. Los maestros del exilio español ahí en la Facultad de Derecho hay una placa para los maestros del exilio español.

Lo mismo está en economía, en medicina, en botánica, en antropología. El exilio español ha dejado una marca indeleble y gracias a México hay una cosa adicional, mientras que la guerra, la República y el exilio en México sigue siendo una historia viva, donde los mexicanos vibramos con las historias que nos han contado esos españoles o sus hijos cuando llegaron a México, en España ya es una historia muestra, a un joven español de 18, 20 años, se le habla de la República o se le habla de la Guerra Civil. Y es lo mismo que hablar de la Segunda Guerra Carlista o de la Reconquista.

Ahora que han dejado en México esa parte del exilio que no era intelectual, yo creo que ha sido muy importante el ejemplo. Primero, una imagen nueva de lo que era el español, los españoles, y no es peyorativo, que habían llegado a México a principios de siglo, se había dedicado a cierto tipo de labores y quiero decir que no es ni generativo ni es una crítica, pero en tiendas de abarrotes, cantinas, hoteles de paso donde habían hecho de América y donde se habían establecido de manera económicamente productiva muy válidos y muy reconocidos.

En cambio, llega el exilio español, que es distinto. Luego ideológicamente, los españoles que existían y la Iglesia Católica mexicana tenía una concepción muy clerical de la moral y de la religión. El exilio es distinto. El exilio tiene una conciencia de una ética laica mucho más sólida quizá que la religiosa, porque el premio no se espera en el más allá, sino se espera todas las mañanas cuando uno se ve en el espejo y sabe que si lo que hizo el día anterior estuvo bien hecho, o estuvo mal hecho.

En tercer lugar, el exilio para los mexicanos que somos muy amantes de nuestra patria y nos gusta reconocerlo, saber que hay un grupo de extranjeros que vinieron a México, que se establecieron y que quieren a este país tanto o más que nosotros, nos llena de orgullo, y eso fue un ejemplo que dieron los españoles para México.

Y por último, yo creo que es quizá lo más importante. Mostraron lo frágiles que son las instituciones democráticas y de libertad. La República Española fue vencida por fuerzas extrañas al pueblo español, fuerzas extranjeras, ayuda extranjera y por los elementos más retrógrados de la sociedad española. Cuando llegó la República no había sindicatos, no había partidos políticos, solo había tres instituciones la Iglesia, el Ejército y la Corona, y son los que se encargaron de acabar con la República.

Entonces sí transmitieron a México el deseo y la obligación que tenemos todos de defender nuestras instituciones republicanas y democráticas, porque son muy frágiles, son muchos los que no la quieren, los que están en contra. Y aquí yo quiero hacer una referencia. Cuando el gobierno republicano en el exilio se disuelve en 1978, una vez constituidas las Cortes Constituyentes que dieron como fruto la actual Constitución Española, hay un manifiesto del gobierno republicano a todos los españoles diciendo que, se recuerdan a los viejos emisarios que en la Edad Media recorrían toda España dando las noticias y que terminaban diciendo con las noticias el futuro, y ellos también iban diciendo ese decreto ¡La República ha muerto, pero viva la República!

Muchas gracias.

Dr. Fernando Serrano Migallón
Ex director de la Facultad de Derecho de la UNAM y comentarista del libro.

Palabras del Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo para España

Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, mi querido amigo y hermano Juan Martín Valtierra, Ilustres y Poderosos Hermanos, Queridos Hermanos en vuestra condición, Autoridades, Señoras y Señores, Amigos Todos:

Tal y como señalaba en 1865, el muy ilustre y poderoso hermano Albert Pike, la masonería es útil a todos los hombres porque ofrece la oportunidad de ejercitar sus talentos en materias eminentemente dignas de su atención, a los menos instruidos ya que les ofrece importante instrucción, a los jóvenes porque les presenta personajes útiles y buenos ejemplos, habituándolos a reflexionar sobre el modo correcto de vivir, al hombre común a quien brinda recreación noble y útil, al viajero a quien le permite encontrar amigos y hermanos en países donde de lo contrario estaría aislado y solitario, al respetable hombre caído en desgracia, a quien da asistencia, al afligido a quien generosamente da consuelo, al hombre caritativo, a quien le permite hacer el bien junto a otros hombres caritativos como él, y a todos los que tienen almas capaces de apreciar su importancia y de gozar de una amistad basada en los mismos principios de moralidad y filantropía.

En ese momento de profunda emoción, yo sí estuve allí, cuando devolvieron el estandarte, y en nombre de todos los miembros del Supremo Consejo para España me dirijo a ustedes para expresar mi más sincero agradecimiento por la inestimable custodia de nuestro estandarte durante los difíciles años del exilio. Este acto de solidaridad es un testimonio de los valores imperecederos de nuestro augusta institución.

Durante los oscuros años de la dictadura en España, la masonería sufrió persecución y represión. Muchos de nuestros hermanos se vieron obligados a abandonar su tierra natal, llevándose consigo no solo sus pertenencias, sino también el dolor de la separación y la incertidumbre del futuro. En estos momentos de adversidad encontré refugio y apoyo en el Supremo Consejo de México, fue un faro de esperanza, y una muestra de la universalidad de nuestra fraternidad.

El estandarte que ustedes custodiaron, no es solo un símbolo, es un testimonio de nuestra identidad, de nuestros principios y de nuestra historia. Es un símbolo de nuestra lucha, de nuestra resistencia y de nuestro compromiso con los principios de la masonería especista. En su tejido se encuentran entrelazados los sueños y las aspiraciones de generaciones de masones que han trabajado incansablemente por la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Saber que este preciado símbolo estaba en buenas manos nos brindó consuelo y fortaleza durante los años de exilio, cuando recibimos de nuevo nuestro estandarte sentimos una profunda emoción y un renovado compromiso. El regreso a casa de nuestro estandarte no solo marcó el fin de un periodo de dolor, sino que también celebró el triunfo de la perseverancia y de la solidaridad.

Mostramos nuestra gratitud al Supremo Consejo de México, no solo por su custodia, sino también por la calidez y el apoyo brindado a nuestros hermanos en el exilio. Su hospitalidad y solidaridad han dejado una huella imborrable en nuestros corazones. Estamos eternamente agradecidos por el cuidado y la protección que nos ofrecieron y además, por ser un refugio seguro en tiempos de necesidad.

Esta hermandad entre nuestras naciones, forjada en tiempos difíciles, se mantendrá como un ejemplo de los más altos valores masónicos y como un lazo de indestructible fraternidad.

Muchas gracias.

M.·.I.·.P.·.H.·. José Soriano Carrillo, 33º
Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo para España

Palabras del Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de México

Es muy grato en esta ocasión referirme a todos los miembros del presídium, en este evento especial relacionado con lo que es la presentación de nuestro libro "El Estandarte del Supremo Consejo para España: Su regreso a casa". La historia, podemos decirlo, empieza con las cosas más sencillas, aparentemente sencillas, cuando existe la intención de darle sentido, de darle profundidad, de darle un toque especial que nos permita recordar aspectos centrales de algo que para nosotros es importante, que es muy relevante.

En los Archivos Históricos del Supremo Consejo de México están los antecedentes de ese hecho histórico que representó el regreso del estandarte del Supremo Consejo para España, a su hogar, a su casa, y nos dimos a la tarea de hacer de esto una nueva etapa. Una etapa en la que se viene a fortalecer el trabajo que de manera conjunta han desarrollado los Supremos Consejos para España y el Supremo Consejo de México, con la siempre cercana presencia del Soberano Gran Comendador, Jesús Soriano Carrillo, que en muchos eventos, en muchas circunstancias y en muchas actividades del Rito Escocés, hemos tenido la oportunidad de coincidir y de trabajar para fortalecer el Rito Escocés en nuestros países, pero al mismo tiempo fortalecer al Rito Escocés en los distintos continentes en los que hemos participado, el continente americano, el continente europeo y donde se han dado cita Supremos Consejos de todo el orbe.

Había la oportunidad y la tomamos. Había la posibilidad y nos decidimos hacerla una realidad, con el trabajo de todos los componentes de este grupo que dio por producto final este libro, en donde fundamentalmente nos centramos, desde luego partiendo de todo el contexto histórico tan profundo, tan rico, a veces tan brillante, pero muchas veces también muy doloroso, del exilio español en México.

Y nos quisimos centrar en el hecho concreto, específico y con una muestra clara de fraternidad de hacer llegar de regreso, al Supremo Consejo para España, de su estandarte histórico, y revisamos una serie de elementos que eran fundamentales y decidimos darle sentido a lo que representa un estandarte para un Supremo Consejo. Y son valores, son principios que compartimos, son valores y son principios que queremos permanentemente mantener vivos y pujantes, y que rijan nuestra acción no solamente institucional, sino que estos principios y valores rijan en lo individual nuestro comportamiento como seres humanos, nuestro comportamiento como miembros de la masonería del Rito Escocés, como miembros de nuestra familia, de nuestras comunidades, de nuestras ciudades y de nuestros países, en la búsqueda de un mundo mejor, y en la búsqueda de ese mundo mejor es que buscamos la condición mejor para nosotros mismos, en el esfuerzo, en el estudio y en la investigación, pero al mismo tiempo en la convicción indeclinable de que podemos forjar siempre una mejor versión de nosotros mismos.

¿Cuáles son esos valores? Los valores que son importantes, como la fraternidad, la igualdad, la libertad, la tolerancia y la búsqueda de la verdad.

El ser humano por naturaleza es libre porque nadie puede coartar lo que piensa. Nadie puede coartar lo que cada ser humano siente y tiene además inmediatamente el siguiente derecho, que es inalienable y es el derecho de manifestar sus ideas de manifestar sus opiniones, de manifestar lo que le parezca procedente. Esa libertad de pensamiento, esa libertad de expresión son los puntos centrales que generan las demás libertades.

Y esos valores los compartimos institucionalmente entre el Supremo Consejo para España y el Supremo Consejo de México.

Esa fraternidad que nos une y nos reconocemos como hermanos, porque nos conocemos y sabemos que tenemos el mismo principio, las mismas necesidades y el mismo destino, la igualdad, porque tenemos siempre, basado en las mismas circunstancias, las condiciones que no nos hacen diferentes, sino miembros de esta gran especie humana, independientemente de orígenes, de etnias, independientemente de cuestiones sociales y de cuestiones económicas los seres humanos somos indeclinablemente iguales.

Ya hablamos de la libertad, y esa libertad es la que tanto molesta a los gobiernos autoritarios. Esa libertad que tanto molestó al franquismo, que tanto molestó al nazismo, que tanto molestó al fascismo. Y en México, como lo dijo en su momento el gran orador del Supremo Consejo para España en esa ceremonia histórica, lo dijo con convicción al mencionar México es un baluarte de la libertad, pero la libertad, como los demás principios, se tiene que defender todos los días. No existe una situación en la que "hoy obtenemos la libertad y la tenemos garantizada para siempre". La libertad hay que trabajarla, la libertad hay que forjarla, la libertad hay que ejercerla, porque la mejor forma de defender a la libertad es ejerciéndola. Y dentro de ese ámbito de libertad tenemos también el medio adecuado para la búsqueda irrestricta de la verdad. Sin dogmas, sin principios, sin situaciones que sean a priori definitivas.

Nosotros podemos recordar, con todas estas intervenciones tan brillantes que nos han dado un contexto exacto de la circunstancia que se vivía en 1943, cuando el Supremo Consejo de México emite el documento histórico conocido como Balaustre No. 25, y es en el cual el Supremo Consejo de México extiende el asilo fraternal al Supremo Consejo para España, después de estudiar las formas y las condiciones para no crear una potencia masónica dentro de otra, sino que pudiera dar continuidad a la existencia, al trabajo y a la labor institucional de este Supremo Consejo, el Supremo Consejo para España.

Muchos de los exiliados españoles dieron a México la oportunidad de recibir a grandes intelectuales, que generaron toda una generación de españoles en México que compartieron sus conocimientos, sus capacidades y sus anhelos de libertad e imbuyeron a sus alumnos y en general a la sociedad mexicana esa dinámica de libertad, porque cuando algo se pierde es cuando realmente se aprecia. Cuando respiramos normalmente pareciera que el aire siempre está ahí disponible para nosotros, pero si en alguna circunstancia nos encontramos en que nos falte el aire, podemos determinar qué tan importante es el aire para nuestra vida. Igual pasa con la libertad y esperemos que ni en España, ni en México, ni en ninguna parte del mundo, los pueblos deban de perder la libertad para poder valorarla. Valoremos nuestra libertad, porque esa libertad hay que ejerceerla siempre, hay que ejercerla todos los días, hay que ejercerla sin consultar a nadie. Hay que ejercer la libertad.

Este libro tiene muchos objetivos. Es estrechar desde luego los lazos ya muy sólidos entre los dos Supremos Consejos. Es llevar un mensaje, no solamente a nuestras instituciones masónicas, sino también un mensaje a nuestras sociedades, para que recuerden siempre que independientemente de lo que es ya esta fraternidad que se profesa en ambos Supremos Consejos, que sea este libro un recordatorio de que siempre prevalecerán los altos valores masónicos que han inspirado la emancipación de la humanidad.

Muchas gracias. Es cuanto.

Muchas gracias.

I.·.P.·.S.·.G.·.I.·.G.·.O.·. Juan Martín Valtierra Nájera, 33º M.·.A.·.
Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de México y Coordinador General del Libro.

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