XXXVI Congreso Nacional Masónico de Grados Filosóficos

Ciudad de México.

Carta Ciudad de México

Nuestro posicionamiento es el resultado de las conclusiones tomadas en las Mesas de Trabajo instaladas en el XXXVI Congreso Nacional Masónico de Grados Filosóficos, en congruencia con los principios constitucionales, producto de la lucha histórica de Ilustres miembros de nuestra Institución por darle a nuestro país una estructura jurídica fundamental, a contrapelo de los intereses incrustados en las estructuras del poder fáctico, que han distorsionado el proyecto de Nación para benefi­ciarse unos cuantos en detrimento del pueblo.

ES POR ESTO QUE EN EL RUBRO DE CONSTITUCIONALISMO:

A. Es menester hacer un reconocimiento nacional a los Diputados Constituyentes que dieron su aportación y talento para establecer las bases de nuestro Código Supremo, que en distintas épocas ha dado estructura, desarrollo y razón de ser a nuestro país como Nación Independiente y Soberana.

B. La Constitución de 1917, durante su casi centenaria vida, ha sufrido 697 reformas desde el año 1921 hasta el 29 de marzo de 2016.

C. Con el fin de honrar a la Constitución en la celebración del centenario de su promulgación, se convierte en un imperativo cívico, cultural, social, moral y ético, el dar a conocer el texto constitucional, dado que con ello se adquiere conciencia de los derechos que se pueden ejercer y las obligaciones que se deben cumplir por lo que se propone a todos los niveles de gobierno, crear y fomentar una cultura Constitucionalista en México y dar a conocer la Constitución desde un punto de vista histórico, cultural y jurídico, y desde el nivel básico de educación.

D. Para cumplir los principios constitucionales de la República, se debe respetar la autonomía de los Estados de la Federación para que se canalicen mayores recursos financieros para que el municipio sea realmente libre. Deben funcionar coordinadamente los tres niveles de go­bierno para lograr el equilibrio y el desarrollo armónico de la Nación.

E. Es responsabilidad de la Federación a través de sus órganos de difusión, implementar una cultura constitucional en los gobiernos Federal, Estatales y Municipales, en la iniciativa privada y los medios de comunicación, para reforzar las acciones de trasmisión de los valores de nuestra Carta Magna. La sociedad toda y los agentes sociales que la conforman, deben exigir el cumplimiento de dicha responsabilidad.

EN EL RUBRO EDUCATIVO:

A. Se propone incrementar a 13% el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a la Educa­ción para mejorar los planes de estudio, la competitividad de su plantilla docente, la infraestructura de los centros escolares en todos niveles, incluyendo el equi­pamiento en nuevas tecnologías de la información.

B. La gran necesidad de armonizar la planeación de la educación con las necesidades productivas del país es primordial. Por esto, debe garantizarse que el modelo educativo sea universal en todos los niveles y grados.

C. El modelo educativo debe ser independiente de las coyuntu­ras políticas. De este modo, es imprescindible rescatar la Soberanía de la Nación frente a la economía de mercado y los monopolios económico-políticos, de tal manera que podamos impulsar el desarrollo sustentable y la planeación económica basados en una educación laica y nacionalista.

D. Asimismo, es menester incluir el Civismo como materia principal en los planes de estudio y fomentar la cultura de la legalidad como un valor social de orden Y convivencia pacífica, además de la formación filosófica en todos los niveles y grados, de la educación con el fin de desarrollar el pensamiento racional y lógico-matemático.

E. Adicionalmente se debe reconocer el protagonismo del maestro en el progreso del país significando su salarlo, promoviendo su permanente actualización profesional y premiando su dedicación y buen desempeño.

F. De esta manera, el fomento de la educación cívica, política y constitucional promueve la participación consciente del pueblo, que como resultado asumirá su responsabilidad ciudadana en el perfeccionamiento de la vida democrática, cerrando el paso al autoritarismo y a los acuerdos cupulares ajenos a su voluntad.

PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS:

A. Constituida y consolidada la República como tarea primaria, existe la necesidad imperante de:

i. Incrementar los salarios mínimos de manera que las condiciones de los ciudadanos mejoren en vivienda, alimentación, nutrición y salubridad.

ii. Poner un dique a la drogadicción y al alcoholismo con educación, deporte y cultura como un medio de erradicar la desesperanza y recuperar los valores esenciales de los jóvenes cuyo porvenir ven incierto.

iii. Perseverar en la defensa del Estado Laico, principio filosófico de la libertad, postulado ideológico de la igualdad y regla moral de la fraternidad.

B. Siendo un problema público, consideramos que la defensa de los Derechos Humanos y las políticas aplicables desde el Estado, deben operarse sin la intervención de organizaciones eclesiásticas que prejuicien el debate.

C. Debe fortalecerse el marco jurídico de los Derechos Humanos y sus leyes secundarias, desarrollando normas particulares para la salvaguarda y defensa de cada uno de ellos para que no queden solamente en la emisión de recomendaciones por los organismos garantes. Se debe lograr pasar de lo ideal y enunciativo, a lo efectivo y certero por lo que se requiere un catálogo de regularizaciones vinculatorias que establezcan penalidad por el incumplimiento en la protección de esos derechos fundamentales.

D. Se considera exigir que el Estado tenga un cuidado más profundo al juzgar el equilibrio de los Derechos Humanos cuando se vean enfrentados, los derechos de la víctima y el victimario.

DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL ESTADO LAICO:

A. Se debe mantener la vigencia y permanencia del Estado Laico evitando la injerencia política de las distintas iglesias en la vida republicana.

B. Se exige de los servidores públicos, el estricto respeto de los tres niveles de gobierno a los artículos 40 y 130 de la Constitución.

Somos una sociedad de pensamiento avanzado, cuyos miembros basan su conducta en una ética social laica. Somos una trinchera moral, social y de ideales y somos una Institución preparada para ponerlos en práctica. Como libres­constructores estaremos siempre al servicio del pueblo, porque reconocernos con absoluta convicción que es nuestra vocación, nuestra formación y son nuestros principios y valores.

En eso trabajamos para acrisolar nuestra voluntad, para agudizar la inteligencia con la ciencia, el arte y la filosofía, y adiestrarnos en las técnicas administrativas, contables, económicas, jurídicas y políticas. Cada uno de nosotros sabe responder en su respectiva esfera de acción. Las nuevas demandas de estos tiempos, como ayer lo fueron la de libertad, igualdad y justicia, habremos de seguir defendiéndolas, para construir un país en el que vivamos en paz, como hermanos.

Cumplir con nuestros deberes es la ruta para acabar con la injusticia, la desigualdad social y económica, para detener la migración que provoca el colonialismo interno y externo por la falta de trabajo y de oportunidades a la fuerza viva que son los jóvenes, hombres y mujeres. Pero también es nuestro deber detener la destrucción de la naturaleza que cada día sufre un grave deterioro por la irracional explotación de las aguas, los bosques y la tierra. Es rescatar los recursos del suelo y del subsuelo y los recursos energéticos que son el eje del desarrollo del país.

Tenemos que contrarrestar la grave desinformación, generada por los propios medios que distorsionan las legítimas demandas populares, inhiben el reclamo social y postergan la solución a problemas urgentes de la población dolida por la desesperanza, el engaño y la explotación. Tenemos que pasar de la simple reflexión y del puro análisis a la acción.   

Los poderes de la Unión deben actuar en forma interdependiente y respetando la esfera de acción señalada por la Constitución. En la Cámara de Diputados deben estar representadas las necesidades y los reclamos del pueblo y no sólo los intereses de los partidos políticos. En la Cámara de Senadores tienen que estar representados los Esta­dos de la República, para defender la soberanía de éstos y no sólo los intereses privados nacionales y extranjeros.

La tarea propuesta resulta difícil pero no imposible. Ya lo hicieron en circunstancias extremadamente graves los miembros de nuestra Orden en la lucha por la Indepen­dencia, la Reforma y la Revolución Toca ahora a nosotros cumplir con nuestra responsabilidad histórica.